El abordaje de la diversidad en la enseñanza
El pasado miércoles 4 de Octubre de 2017 tuve la oportunidad de presenciar una charla abierta a la comunidad sobre el abordaje de la diversidad en la enseñanza desde una perspectiva de género. La misma se realizó en hall de entrada del Instituto Superior del Profesorado "Dr. Joaquín V. González", ubicado en La Ciudad Autónoma de Buenos Aires y estuvo organizado y coordinado por "29 de Mayo", una de las tantas agrupaciones políticas que militan en dicho establecimiento. En ella, tres invitados expusieron distintas vivencias y opiniones respecto al tema.
La primera en comenzar a hablar fue Gabriela Mansilla, autora del libro "Yo nena, yo princesa" pero, por sobre todas las cosas, mamá de una niña transexual llamada Luana. Ella relata de una manera muy efervescente e incluso un poco enojada, a mi parecer, la experiencia de su hijo quién a su corta edad de los 2 años manifiesta su identidad de género diciéndole a la mamá la frase que hoy lleva su libro. A partir de ese día, comienza una larga lucha por hacer valer los derechos de los/as niños/as, especialmente, el derecho a la identidad. Gabriela emprendió un largo camino para que su hija pueda manifestarse con total libertad dentro y fuera de la escuela, y pueda ser reconocida y tratada como ella lo quisiese. Esta lucha impulsó la creación de una asociación civil "Infancias Libres", en la cual Gabriela es la presidenta y se encarga de concientizar y muchas veces educar a grupos de personas sobre las infancias trans. También acompaña y guía a muchos/as familias que se encuentran atravesando la aceptación de la identidad de género de su hijo/a, ya que, como Gabriela explicaba la misma no es una elección como la mayoría cree, uno/a no elige ser nena o varón, pirata o princesa, sino que es parte de quién es uno, de la propia identidad, y si se quiere, personalidad de cada uno/a. No es algo que se puede "remediar", al contrario, hay que respetar. Por sobre todas las cosas hay que respetar. Y este es el pedido que Gabriela más deja en claro cuando habla de cómo abordar dicha temática en el aula, ya que tanto para las familias como para los/as miembros de la institución, hay tal desconocimiento sobre cómo accionar, que aún la presencia de un/a niño/a trans en la escuela genera mucha incertidumbre y, hasta me atrevo a decir, que cierto miedo.
La primera en comenzar a hablar fue Gabriela Mansilla, autora del libro "Yo nena, yo princesa" pero, por sobre todas las cosas, mamá de una niña transexual llamada Luana. Ella relata de una manera muy efervescente e incluso un poco enojada, a mi parecer, la experiencia de su hijo quién a su corta edad de los 2 años manifiesta su identidad de género diciéndole a la mamá la frase que hoy lleva su libro. A partir de ese día, comienza una larga lucha por hacer valer los derechos de los/as niños/as, especialmente, el derecho a la identidad. Gabriela emprendió un largo camino para que su hija pueda manifestarse con total libertad dentro y fuera de la escuela, y pueda ser reconocida y tratada como ella lo quisiese. Esta lucha impulsó la creación de una asociación civil "Infancias Libres", en la cual Gabriela es la presidenta y se encarga de concientizar y muchas veces educar a grupos de personas sobre las infancias trans. También acompaña y guía a muchos/as familias que se encuentran atravesando la aceptación de la identidad de género de su hijo/a, ya que, como Gabriela explicaba la misma no es una elección como la mayoría cree, uno/a no elige ser nena o varón, pirata o princesa, sino que es parte de quién es uno, de la propia identidad, y si se quiere, personalidad de cada uno/a. No es algo que se puede "remediar", al contrario, hay que respetar. Por sobre todas las cosas hay que respetar. Y este es el pedido que Gabriela más deja en claro cuando habla de cómo abordar dicha temática en el aula, ya que tanto para las familias como para los/as miembros de la institución, hay tal desconocimiento sobre cómo accionar, que aún la presencia de un/a niño/a trans en la escuela genera mucha incertidumbre y, hasta me atrevo a decir, que cierto miedo.
A su vez, la autora critica y cuestiona la ley de Educación Sexual Integral y su implementación en las escuelas, ya que según su punto de vista, la misma estereotipa a los cuerpos y los clasifica en nene o nena. Ella dice que los genitales no tienen que definir a una persona, porque sino quedan excluidos/as muchos/as otros/as que capaz tienen pene pero no se sienten como nene o tienen vulva pero quieren ser nenes. Entonces, "¿Qué pasa con esos seres?" ella pregunta. Y luego se responde diciendo que muchos/as de ellos/as piensan creer que tienen el cuerpo equivocado o que están mal ellos/as. Esta es una de las razones por las que el indice de suicidio de personas transexuales es sumamente alto, y su edad promedio de vida es hasta los 45 años, aprox.
Esta es la preocupación más grande de esa madre que suplica a la sociedad, con bastante enojo y desesperación, que habilitemos otras miradas y rompamos con la estructura, que de tantos prejuicios nos llenan. No hace falta ser un/a especialista del tema para saber que se empieza con el respeto hacia esa persona.
La otra invitada fue Graciela Elsesser, Profesora de Historia del Profesorado anfitrión y especialista en ESI, quién comentó una experiencia que realizó con estudiantes de una escuela media titulada "el juego de las esquinas" en donde cada esquina representaba una respuesta (siempre, casi siempre, a veces, nunca). Ella formulaba distintas preguntas vinculadas a la identidad de género y los/as demás tenían que situarse en la esquina correspondiente a su respuesta.
Por último, Claudio Bidegain, Profesor de ESI en dicho Profesorado, mencionó la asexualidad presente en las escuelas por parte de los/as profesores/as, dijo que la ley no es mala en sí, aunque privilegia un solo tipo de sexualidad: la heteronormativa; y que hay pocas capacitaciones respecto de cómo abordarla en las aulas. Por eso, la mayoría de las veces suele quedar a voluntad del docente. También contó una experiencia personal y dijo que hay que "militar la ESI en las escuelas."

Un plus que tuve fue que una vez concluida la charla, se acercó una señorita francesa a decirnos a mi amiga y a mí, si no podía filmarnos respondiendo algunas preguntas del tema para una investigación que ella estaba realizando en Francia. Creo que fue el cierre perfecto para una tarde muy valiosa.
En síntesis, fue una jornada sumamente enriquecedora para mí. La verdad que me fui de ahí con muchos interrogantes personales, de cosas que capaz uno/a hace cotidianamente y no se da cuenta en cómo puede repercutir en el/la otro/a. Cuando comencé a escuchar me sentí muy ignorante y alarmada. Por un lado, porque nunca se me había pasado antes de pensar en la existencia de niños/as trans; creía que tenía que ver con una elección personal que ocurría más de adolescente y/o adulto. Y por el otro, por la falta de información y la muy preocupante necesidad de sensibilizar a la población respecto de las distintas sexualidades.
Espero que este pequeño aporte que hago en divulgar mi experiencia sirva para que más personas amplíen su mirada. Finalizo con una frase que considero, resume todo a la perfección: "No somos hombres o mujer por los genitales que poseemos, somos cuerpos que sienten."
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