Sala integrada para hijos/as de alumnos/as adolescentes


Hace unos días tuve la oportunidad de visitar un espacio educativo dentro de una escuela secundaria.
El establecimiento se encuentra ubicada en el barrio de Once y funciona como tal en el turno mañana y tarde. A la noche, es una escuela de reingreso.

A partir del año 2013 comienza a funcionar, dentro del mismo, una sala integrada destinada a la atención de la primera infancia, para los hijos e hijas de alumnas/os madres y padres adolescentes. 
Esto surgió a partir del programa de retención y reinserción escolar de padres adolescentes que lanzó el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires hace un par de años. El mismo titulado "Alumnas madres y alumnos padres" propone, entre otras cosas, que puedan finalizar sus estudios, ya que la principal causa de deserción escolar en la secundaria es el embarazo adolescente. 
El programa de Primera Infacia, también de la Ciudad de Buenos Aires, del Ministerio de Educación del Área socioeducativa; posibilitó que dentro de las escuelas secundarias funcione un espacio educativo para que sus hijos puedan estar allí mientras ellos y ellas asisten a clases.

Al comienzo, esta alternativa que posibilita que los hijos/as de estudiantes adolescentes tuvieran un espacio para ser contenidos, cuidados y educados; funcionaba solamente en el turno vespertino y en un cuartito muy pequeño. A su vez, también podían asistir hijos/as de docentes y preceptores. 
Luego, con el aumento de la demanda y el reclamo sobre todo de las docentes y coordinadora encargadas, pudieron transladarse a una sala más grande, equipada y pertinente para la labor. 
 
Actualmente, el espacio presta servicios en los tres turnos (mañana, tarde y noche) y atiende niños desde 45 días a 5 años, aunque intentan en lo posible (salvo el turno vespertino) que asistan hasta los tres años y que los niños más grandes puedan acudir a un jardín u otra opción. 
Dentro de la misma institución funcionan los dos programas articulados pero el que coordina la sala integrada es el Programa de atención a la Primera Infacia. Al comienzo hubo dificultad para articular los niveles y programas pero con el tiempo pudieron resolverlo. 

La sala integrada que funciona en el turno mañana se llama "Tinku". Si bien tienen lineamientos en común, en cada espacio se trabaja distinto según el enfoque educativo y el equipo de docentes.
Allí se trabaja en trio pedagógico, y las docentes se encargar de las tareas asistenciales sin perder de vista las actividades pedagógicas. Planifican y realizan propuestas lúdicas y proyectos como un jardín convencional. Las mismas son interinas en el área y fueron contratadas por el estado.
La vacante está abierta todo el año, así como lo es el ingreso y egreso de los niños. 
La particularidad de esta modalidad es que el ambiente permite y promueve que los padres puedan ir a ver y visitar a sus hijos todo el tiempo que quieran. Es decir, que cuando tienen que ir a amamantar, tienen hora libre o mismo en los recreos, las madres y los padres adolescentes pueden entrar sin inconvenientes a ver y compartir un momento con sus hijos. 
Una de las características de este espacio es el vínculo y la relación tan cercana que hay con las familias y docentes. Estas últimas asesoran, orientan y sugieren a los padres en temas vinculados a la crianza o bien en lo que consideren favorable para el/la niño/a. Siempre se lo hace desde una sugerencia para ayudar, nunca a partir de una imposición u indicación de alguien que "sabe más". La realidad es que las docentes son muy cuidadosas en respetar la crianza y los tiempos de cada uno.
Sin embargo, creo que lo más destacable de esta modalidad es la gran flexibilidad que tienen para/con todo, ya sea desde las adecuaciones del espacio y las propuestas (para ofrecer propuestas de juego acordes a las distintas edades), las visitas inesperadas de los padres, los ingresos y adaptaciones de los/as niños/as durante todo el año, hasta el horario (que está guiado exclusivamente por el calendario escolar de la escuela secundaria y las necesidades de las madres y padres, ya que muchas veces los retiran más tarde porque necesitan ese tiempo para estudiar).

La verdad que fue una experiencia hermosa y super enriquecedora. La misma me permitió vivenciar una modalidad alternativa de atención a la primera infancia y, a partir de ello, pude revertir la idea inicial que yo tenía al respecto. Ya que antes creía que eran espacios más bien asistenciales y que la educación formal siempre iba a ser la mejor propuesta. Pero al ver lo bien que trabajan esas docentes, lo mucho que se preocupan, cuidan a esos niños/as y también los proyectos que hacen a partir de las necesidades e intereses del grupo; me cambió plenamente la mirada. 
Me fui de ahí con una sensación muy linda por haber compartido una mañana agradable con gente que adora su trabajo y pone lo mejor de sí para con esos pequeños y pequeñas. Me siento ahora más intrigada por conocer el funcionamiento de otras alternativas que brindan educación de calidad y me quedo con la frase que dijo la coordinadora del lugar Maria Laura Galli: "La educación formal es solo una forma de educar". Yo agrego que ...no es la única ni siempre es la mejor.


   

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